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SPIEGEL: Mr. Shikwati, el encuentro del G8 en Gleneagles versará sobre la ayuda para el desarrollo en África.Shikwati: … Por el amor de Dios, detened eso.
SPIEGEL: ¿Detenerlo? Las ricas naciones occidentales quieren eliminar el hambre y la pobreza.
Shikwati: Semejantes pretensiones han perjudicado nuestro continente durante los últimos 40 años. Si las naciones occidentales realmente quieren ayudar a los africos, deberían terminar con esas horribles ayudas. Los países que más ayudas han recibido son también los que están en una situación más lamentable. A pesar de los miles de millones que se han arrojado sobre África, el continente permanece en la pobreza.
SPIEGEL: ¿Tiene una explicación para tal paradoja?
Shikwati: Las enormes burocracia son financiadas a través del dinero en ayudas para el desarrollo, con lo que se promueve la corrupción y la autocomplaciencia, a los africanos se les enseña a ser mendigos, no a ser independientes. Además, la ayuda de los países desarrollados debilita todos los mercados locales y socava el espíritu empresarial que tan desesperadamente necesitamos. Es tan absurdo como suena: la ayuda al desarrollo es una de las razones que explican los problemas de África. Si Occidente cancelara las transferencias, los africanos de a pie ni siquiera se darían cuenta. Sólo los funcionarios y burócratas lo lamentarían. De ahí que sean ellos mismos quienes sostengan que el mundo dejaría de girar sin la ayuda a África.
SPIEGEL: ¿Detenerlo? Las ricas naciones occidentales quieren eliminar el hambre y la pobreza.
Shikwati: Semejantes pretensiones han perjudicado nuestro continente durante los últimos 40 años. Si las naciones occidentales realmente quieren ayudar a los africos, deberían terminar con esas horribles ayudas. Los países que más ayudas han recibido son también los que están en una situación más lamentable. A pesar de los miles de millones que se han arrojado sobre África, el continente permanece en la pobreza.
SPIEGEL: ¿Tiene una explicación para tal paradoja?
Shikwati: Las enormes burocracia son financiadas a través del dinero en ayudas para el desarrollo, con lo que se promueve la corrupción y la autocomplaciencia, a los africanos se les enseña a ser mendigos, no a ser independientes. Además, la ayuda de los países desarrollados debilita todos los mercados locales y socava el espíritu empresarial que tan desesperadamente necesitamos. Es tan absurdo como suena: la ayuda al desarrollo es una de las razones que explican los problemas de África. Si Occidente cancelara las transferencias, los africanos de a pie ni siquiera se darían cuenta. Sólo los funcionarios y burócratas lo lamentarían. De ahí que sean ellos mismos quienes sostengan que el mundo dejaría de girar sin la ayuda a África.